Los dioses de El alma buena de Szechuán detrás del escenario

01/03/2015

Gabriella Paredes Rodríguez, Dios 1

“”Si tuviera que quedarme con tres palabras para describir el proceso y final de la obra serían: reencontrar, amar y llorar.Ha sido como tener una relación de amor fugaz, el teatro es efímero, ¿ no? Estar bajo la dirección de Urpi Gibbons ha sido maravilloso. Como todo proceso de un año ha sido un trabajo intenso, y no ha sido fácil. Trabajar con 16 actores es difícil, todos y todas tenemos energías distintas, entonces realmente no solo admiro a Urpi como actriz y directora sino la magnífica capacidad de maestra de poder entrar en los diversos códigos de cada alumno. Con esta obra escrita por Bertolt Brecht, uno de los más grandes dramaturgos alemanes, nos graduamos del TUC. Y no voy a negar que ha sido un camino fuerte lleno de descubrimientos y varias tremendas sorpresas que nos han hecho reír, llorar, gritar y amar. Pero sobre todo hemos entendido y aprendido mucho sobre el ser humano y sobre nosotros mismos. Después de cada función siempre al finalizar me hago la pregunta ¿Cómo sobrevivir a un mundo como este? Y de eso se trata, que el espectador al igual que yo, al finalizar la obra se tome un tiempo, que procese y se cuestione. Gracias infinitas a Urpi Gibbons y a nuestra queridísima asistente de dirección Julia Thays, sin ellas esto no se hubiera podido lograr””.

Rodrigo Rodríguez Dejo, Dios 2

“”Conversaba con un gran amigo que durante la obra se conmocionó. Más que una plática, yo escuchaba atentatamente sus impresiones las cuales, en su mayoría, ya compartía. Sin embargo, me sorprendió que algunos conceptos “” brechtianos”” los dedujera y es más, los aplicara en una toma de deciciones personales, similares, a las del personaje protagónico. Más que sorprendido me sentí conmovido que nuestra dedicación y compromiso en el escenario tuviese tal resultado en, por lo menos, un miembro del público. Por eso y mucho más agradesco que nuestra profesión pueda retroalimentar el pensamiento de nuestra sociedad, sabiendo que estamos en tiempos donde el hombre siente la fuerte necesidad de alimentar su morbo. Gracias por dejarme formar parte de esta experiencia y honrar mi trabajo con el de este gran equipo””.

Lola Fernanda Santillana, Dios 3

“”El alma buena de Szechuán ha sido un reto para mí. Desde que leímos la obra supe que era un montaje muy ambicioso y lleno de trabajo duro. Lo más rico fue el proceso de creación del montaje; durante dos ciclos imaginando y viviendo en el mundo de Brecht, dándole vida a un mensaje tan poderoso como encontrar el equilibrio y la justicia en nuestra sociedad. Llegar al teatro cada día sigue siendo tan emocionante como el estreno. Aprender de cada función y aplicar las herramientas adquiridas en estos cuatro años es una experiencia inigualable””.

 

 

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